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//Un catálogo de estrategias para descubrir, enfatizar o construir
el valor cultural de los paisajes productivos sostenibles.

//A catalogue of strategies to discover, emphasize or build up
the cultural value of sustainable productive landscapes.

Paisajes productivos

Siguiendo criterios básicos de sostenibilidad, proponemos nuevas formas de integrar los ciclos de producción de alimentos, bienes, agua y energía en nuestro entorno inmediato.
Nos ocuparemos de un Paisaje, es decir, trabajaremos con la participación de agentes muy distintos, cuyos intereses y objetivos se superponen, desarrollando un palimpsesto sobre una página que nunca estuvo en blanco.
La Ciudad del mañana no es una partición inescrutable de actividades, según herencia del urbanismo funcional. No es la suma de un listado de elementos. La Ciudad del mañana, la ciudad sostenible, es una red de interdependencia entre actividades, usos y contextos, que interaccionan a través de combinaciones más o menos complejas. Los ciclos naturales están incluidos en esta red, y en consecuencia la naturaleza no está confinada, sino transformada, habitada.
"Ecología, sin naturaleza", seminal libro de Tim Morton, compara esta evolución con el proceso de igualdad de género, según la paradoja descrita por Simone de Beauvoir. Poner algo llamado Naturaleza en un pedestal y admirarlo desde lejos imposibilita cualquier posible papel activo de esa “segunda naturaleza”, que queda transformada en objeto fetiche.
Ecología no es que las Ciudades respeten la Naturaleza, sino que ciudad y naturaleza sean la misma cosa. En este nuevo paradigma, la visión romántica de la naturaleza que alimenta la ciudad, y el fetichismo de la explotación económica de los paisajes rurales, se sustituye también por una visión integradora del paisaje antropizado.

Agricultura
La forma más sencilla de comenzar a borrar las fronteras entre lo natural, lo rural y lo urbano es el desarrollo de una red local de producción agrícola orgánica. Además, la producción local de alimentos potencialmente resulta en importantes ahorros de GEI en el transporte. La huerta orgánica común también tiene un importante propósito social, como lugar de encuentro y proporcionando un proyecto común donde todas las personas de todas las edades puedan participar.

Ganadería
Es fácil enlazar programáticamente la agricultura orgánica con la cría de animales. Revisitar pig-city en versión low-cost puede construir un potente hito rururbano.

Madera
La construcción del espacio público en torno a la producción de madera puede simultáneamente contribuir a enfatizar las diferencias entre distintas partes del tejido urbano, asignando áreas no definidas a la selvicultura. En función de las necesidades futuras, algunas zonas urbanas pueden ser asignadas a bosque, o viceversa. La ciudad contaría con espacio para expansión y reducción, dentro del mismo sistema orgánico.

Pescado
La producción de peces puede generar un paisaje productivo especialmente intenso, combinando espacios productivos, áreas públicas, recorridos... y restaurantes con vistas a su propia producción, lo cual podría incluso convertirse en atracción turística. La vida acuática en el medio semi-natural se hace accesible a los visitantes a lo largo de las distintas etapas en la cadena de producción.

Agua
La consideración cuidadosa de los ciclos del agua ofrece una serie de interesantes oportunidades programáticas. Esto se relaciona estrechamente con todos los puntos anteriores. El agua es un claro ejemplo de cómo la desaparición de la tradicional dicotomía ciudad-naturaleza se aplica al diseño urbano, destacando la necesidad de hacer frente a las plantas de purificación de agua como un elemento de diseño urbano, y no meramente de un servicio de infraestructura. En décadas anteriores la lógica era colocar de estas plantas a las afueras de la ciudad, pero ese “fuera” ya no existe.

Energía
Producción de energía renovable ofrece una nueva lectura del paisaje natural. La fuerza del viento y el sol, el flujo de agua, el calor de la tierra, son ahora visibles a través de extensos campos de bellísimos dispositivos. Todavía estamos aprendiendo a apreciar la belleza de los blanco molinos de viento, girando lentamente sus elegantes brazos sobre el horizonte; o las extensiones de paneles fotovoltaicos, como relucientes viñedos; algunos visionarios ya están llevando esta imagen fascinante al paisaje habitado de los parques urbanos, o cubriendo los edificios con abstractas envolventes que absorben la energía necesaria para alimentar el murmullo silencioso de los sistemas informáticos.

Visualización
Todo lo anterior es sobre energía, agua, agricultura, peces, cerdos, industria... y la belleza de los paisajes productivos. La definición clásica de paisaje implica la presencia de un observador, un punto de vista. Esta combinación de 'ver' más 'producción' es una de las principales fuerzas motrices de la propuesta. Esto es importante, ya que la sostenibilidad bien puede ser una cuestión de visualización. Una línea de acción de la propuesta será visualizar los recursos que estamos utilizando para nuestro día a día, mostrando en tiempo real el estado de la gestión de los recursos (energía solar, geotérmica, biomasa, el desperdicio de agua...), para que la gente pueda ser consciente de ello. Un hito con información-energía será la nueva referencia urbana y social.

Belleza
También es esencial hacer frente al desafío estético de la sostenibilidad. La mayoría de los lenguajes arquitectónicos históricos pueden analizarse como respuesta básica a las condiciones ambientales, desde los frontispicios clásicos como reflejo evidente de las vertientes de agua, pasando por los varios equilibrios de lleno y vano siempre en relación con la luz natural, hasta la orgullosa declaración de indiferencia al clima de los modernos. Hoy hemos aprendido que no podemos ser tan indiferentes al clima como afirmaron los modernistas, y debemos crear un nuevo lenguaje arquitectónico para incorporar nuestra nueva preocupación.

Riqueza
Los fotogénicos paisajes que proponemos tienen también la intención de provocar un efecto de activación, y convertirse en ejemplo de lo que se puede llegar a hacer. Algunos se refieren explícitamente al potencial turístico de los paisajes productivos, y la riqueza que se podría generar no sólo por su producción, sino también por su belleza.

Desarrollo
Las interesantes escenas rururbanas a desarrollar, ofrecen nuevos modelos para que las ciudades crezcan como parte de la naturaleza, no en oposición a la naturaleza. La sutil relación con el medio ambiente demostrará que los ciclos naturales pueden ser una fuerza impulsora para el diseño arquitectónico y urbano, mientras que el nuevo lenguaje arquitectónico es un esfuerzo necesario para re-evaluar la estética de la ecología.
Este esfuerzo para integrar los elementos de la producción sostenible como un rasgo bello y rentable a disfrutar en la vida cotidiana, puede ser más eficaz contra el cambio climático que cualquier desarrollo técnico o cualquier ley. Estos son los Nuevos Paisajes Productivos.