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//Un catálogo de estrategias para descubrir, enfatizar o construir
el valor cultural de los paisajes productivos sostenibles.

//A catalogue of strategies to discover, emphasize or build up
the cultural value of sustainable productive landscapes.

Interfaz Gran Vía


Estudio proyectivo del paisaje urbano de la Gran Vía de Madrid como interfaz entre ciudadanos, empresas, comercios e instituciones y su área metropolitana. Realizado para la exposición Laboratorio Gran Vía. Comisario: Iñaki Abalos. Fundación Telefónica. Premio FAD de Pensamiento y Crítica 2011.



00. PALIMPSESTO
oportunidades, superposiciones, actualizaciones de sistema

Entre todos los participantes de la exposición vamos a escribir un futuro nuevo para la Gran Vía. Pero la Gran Vía está llena de cosas que nos gustan y que queremos incorporar al nuevo proyecto. Son oportunidades de futuro que aprovechan el potencial de un interfaz que se viene construyendo desde el pasado.

Pensamos en el palimpsesto como modelo para inscribir un nuevo trabajo que todavía deje ver los textos anteriores, escritos a lo largo del tiempo y que incluso aproveche de las virtudes de aquellos. Para ello nuestro equipo se ha encargado de trabajar con ese material existente, limpiarlo y situarlo como retícula, para tener el sistema de coordenadas sobre el cual el resto de proyectos pueda construir ese nuevo futuro. Leeremos todas esas obras antiguas y las haremos nuestras, de modo que vuelvan a surgir casi involuntariamente, sin casi aflorar en la consciencia del proyecto global.

Nuestro proyecto consistirá primero en presentar ese papel en blanco (no tan blanco) en el que los nuevos proyectos se puedan incorporar. Para ello, tendremos que conseguir que los elementos existentes formen parte del nuevo proyecto, del nuevo dibujo, de esa arquitectura avanzada que queremos proponer.


Vemos la Gran Vía como una pieza de algún gigantesco sistema informático que permite enchufar y desenchufar elementos, facilitar o imposibilitar conexiones o sencillamente cambiar el significado de todo el conjunto introduciendo un nuevo sistema operativo. Algunas piezas serán nuevas y otras serán antiguas. Vamos a hablar ahora de las antiguas. Pero hablaremos de ellas en la medida en que tengan relevancia para el proyecto nuevo.

Cada uno de los elementos antiguos será estudiado en base a su potencial de futuro para el proyecto nuevo. Sobre todo interesará su capacidad como interfaz.

01. ACERAS
escaparates, pliegues, lugares intermedios

Los escaparates como punto de comunicación del paseante libre y ocioso. Todos los bajos de los edificios disponen de una piel activa que proponen al transeúnte una lectura de su interior y que se traduce en una invitación a distintos niveles de acceso.

Hay escaparates que multiplican la superficie de contacto con el exterior plegándose hacia el interior de manera que no sólo multiplican la cantidad de información que puede exponerse sino que permite al transeúnte ocupar un lugar intermedio ya dentro de la tienda pero que para estar en él todavía no ha tenido que atravesar una barrera. Ese lugar intermedio facilita la transición entre el espacio público libre y el espacio privado para las transacciones comerciales y el intercambio cultural.
Por otro lado están los teatros y comercios que se expanden hacia el exterior. El vestíbulo urbano de los teatros funciona en ese sentido inverso, a veces materializado en una alfombra o en unos focos al borde del asfalto ampliando la superficie de contacto hacia el exterior y haciendo que los transeúntes que deben atravesar ese espacio privado ampliado se sientan partícipes del evento momentáneamente.

Algunos de los niveles inferiores de los edificios contribuyen en su totalidad un espacio que se puede considerar público prolongación del espacio de titularidad pública de la calle. Su titularidad es privada y está reservado el derecho de admisión, pero las puertas se hacen invisibles al estar replegadas completamente en los laterales y es difícil establecer el momento de tránsito de un tipo de espacio al otro. En esos espacios públicos distinguimos dos tipos: con marca y sin marca. Generalmente los que tienen un nombre reconocido marcan más ese punto de transición, ese umbral, mientras los que no tienen un nombre establecido hacen desaparecer sus puertas y juegan con esa facilidad de acceso.

02. BURBUJAS
verticalidad, densidad, paquetes de actividad

Los edificios son paquetes de actividad de gran volumen, proporcionalmente de un volumen mucho mayor de los paquetes de uso circundantes y por ello quienes fueron construyendo una a una estas piezas fueron pensando maneras de hacer que los niveles más altos sean accesibles y visibles desde el nivel de calle. Esto lo llamaremos la burbuja de acceso. Un vacío interior matizado con balcones, escaleras, ascensores panorámicos internos que unifican visualmente todo el paquete de uso y permite identificar las distintas partes del programa y reconocer el camino a recorrer para alcanzar los lugares elevados.

Es interesante observar que la formalización de estas burbujas es equivalente, aunque los programas sean distintos, así que tanto en un banco diseñado originalmente como banco, o un teatro, u oficinas la burbuja tiene características similares. Se comprueba esto en la actualidad fácilmente cuando se visitan las tiendas de ropa de grandes cadenas en las que teatros, bancos, oficinas se han convertido y viendo como ese espacio central de comunicación visual funciona exactamente de la misma manera en las tiendas instaladas en los edificios que originalmente tuvieron distintos programas.

La potencia de esa burbuja de acceso radica en su verticalidad, es un mecanismo que nos obliga a alzar la vista respecto del plano horizontal y permite por tanto multiplicar el espacio libre apilándolo sobre la dimensión z. Este es el dispositivo fundamental para conseguir la alta densidad presente en la Gran Vía.

03. PRESENCIAS
promesas, ficciones, sueños

La alta densidad tiene un efecto secundario que los elementos existentes aprovechan con un mecanismo que llamaremos presencia. Como en la calle mayor del poblado del far-west sobre los bajos comerciales se elevan las presencias imponentes de las fuerzas económicas y sociales que respaldan cada actividad. Ese plano elevado es a su vez un interfaz que comunica al transeúnte los valores de las instituciones que los construyen, las promesas ofrecidas a los ciudadanos por ellas y en algún caso las ficciones de una vida soñada ideal que puede embelesar por un fin de semana al visitante.

04. LUMINOSOS
neones, plasmones, displays

La Gran Vía, contemporánea del Manhattan clásico, dibujó sus sueños en luz de neón ante el asombro de los madrileños, a quienes costó digerir tanta modernidad en las primeras décadas de “luminosos”. En el Times Square de hoy la normativa municipal obliga a los propietarios de los edificios circundantes a asegurar suficientes metros cuadrados de pantalla luminosa para, entre todos, construir esa imagen colectiva de bulliciosa actividad nocturna. Es una operación análoga a la construcción perspectiva de la calle por la continuidad de los aleros y alineaciones, pero trasladada al mundo intangible, mutable, sorprendente, de la era digital.

05. ANTENAS
mensajes, enlaces, iconos

El interfaz más elevado de la Gran Vía es un elemento puntual, vertical, recortado contra el cielo, que transmite un mensaje a la distancia. Los más antiguos son analógicos. Tan analógicos que rayan con la metáfora, como ese ave fénix que proclama a los cuatro vientos que los clientes de una aseguradora pueden resurgir de las cenizas, cabalgando sobre sus hombros; o la fuerza de un banco hipotecario, que ofrece su ayuda para que podamos levantar nuestra vivienda. No hay campanarios, el más antiguo tipo de antena, pero sí hay abundantes repetidores de telefonía, que entran en competencia por este espacio de difusión.

06. CATEDRALES
espacio materializado, referencia territorial

Las presencias, burbujas, neones y antenas se alinean a ambos lados del eje principal y esa duplicación construye un volumen sobre el eje, sin cubrir, que muchos han comparado con las naves de las catedrales. La proporción anchura-altura es suficientemente desviada hacia la vertical como para que el aire que quede entre medias se materialice como espacio interior convirtiendo el suelo de la gran vía en un salón. Una nave salón. Esa nave central de la gran vía adquiere una fuerza simbólica capaz de atraer visitantes desde lugares muy distantes, se convierte en una referencia territorial. Es un interfaz que relaciona el nodo comercial y de ocio con su hinterland comercial en la Comunidad de Madrid, de la misma manera que la catedral religiosa es también centro de su territorio. Igual que en las catedrales, la Gran Vía tiene sus propias ceremonias, como estrenos de cine y teatro, o despedidas de soltera.

07. PROCESIONES
traseras, horizontes, masas

Concentrar actividad en la dimensión vertical permite ofrecer al transeúnte una superficies útil como interfaz; esto produce un efecto secundario: al otro lado de estos volúmenes concentrados hay también una superficie, pero una superficie difícil de relacionar con ese eje principal de actividad de la calle y por tanto no útil. Las masas alineadas parecen avanzar en el horizonte como procesiones. Esas procesiones se ven desde lejos, desde azoteas privadas, históricamente poco valoradas. Tendederos, viviendas de portería, trasteros, en un tejido edificado antes del advenimiento del ascensor. Las traseras son solo visibles tradicionalmente para los sectores comerciales menos interesantes para la actividad comercial de la Gran Vía. En las azoteas circundantes no hay público.

08. AZOTEAS
altura, ascensores, sol

La Gran Vía, como Manhattan, fue posible gracias al ascensor. Una tecnología nueva que con el tiempo ha ido transformando la imagen de la ciudad. Las burbujas de accesibilidad de los edificios de la Gran Vía están equipadas con dispositivos de comunicación vertical mecanizada, ascensores, lo cual marca una gran diferencia con la edificación circundante que no tiene, en origen, este tipo de dispositivo. La Gran Vía es uno de los primeros lugares de Madrid en los que la forma de la ciudad depende de la mecanización del acceso vertical. Los lugares elevados se convierten aquí en deseables mientras que en el resto de la ciudad son todavía indeseables por la dificultad por el contacto con el plano base. El primer edificio de viviendas en el que los propietarios del edificio reservan para su propio uso las plantas altas, la casa de Pérez Villamil (1906-08) en la plaza de Matute, es una revolución tipológica en la arquitectura residencial madrileña. Aunque estilísticamente se asocie todavía más con el modernismo que con el Art Decó predominante ya en la Gran Vía, su ejemplo nos ayuda a entender lo que supone el ascensor para nuestra ciudad. La nueva relación con la altura coincide con una nueva relación con el sol, que ahora también se hace deseable. Sin embargo la revolución es lenta, y no es hasta los años noventa que se generaliza el incremento de valor de las azoteas.

09. SOMBRAS
vidas diurnas, vidas nocturnas

La relación con el sol establece un desequilibrio radical dentro de la aparente simetría de la nave central y eje de comunicación de la Gran Vía. Vemos que la cara norte de estas procesiones, en sombra la mayor parte del día, parece tolerar la presencia de dispositivos logísticos con naturalidad a la vez que facilita el desarrollo de formas de vida mas nocturnas. Se concentran en ese lateral los servicios que entran en conflicto con el horario del lado luminoso. Mientras que en el lado sur se situaban históricamente las joyerías, peleterías y en general los negocios asociados a la parte más soleada de la vida. Actualmente el difuminado de horarios entre unos y otros servios hace menos legible esta diferencia.

La asimetría histórica de la Gran Vía producía también un fenómeno del que hoy sólo quedan algunos fósiles lingüísticos: la diferencia de aceras por sexos. La acera norte era la del paseo para hombre y la sur el paseo para mujeres, que se miraban de acera a acera constituyendo de esa manera la Gran Vía un espacio potencial de citas equivalente a los servicios que Internet ofrece en la actualidad. Hoy es difícil recordar este curioso fenómeno si no es a través de las fotografías de Catalá-Roca y de algún fósil lingüístico, como la expresión muy gráfica de pasarse a la otra acera que escenificaría en este contexto urbano el difuminado de las barreras en las relaciones inter-género al que ha llevado la evolución de nuestra sociedad.

10. ESPACIO LOGÍSTICO
metro, mercados, muelles de carga

La Gran Vía nace en paralelo al desarrollo de otros dispositivos mecanizados de transporte, en este caso de tipo horizontal. La enorme operación de cirugía urbana se plantea inicialmente como necesaria para permitir a los automóviles atravesar el centro de Madrid y profundizar en la nueva relación centro - periferia que se establece gracias a la nueva tecnología, por un lado el metro, que se desarrollaba en esos momentos, y por otro el automóvil.

El eje de la Gran vía es un espacio de transporte de diferentes velocidades tanto en superficie como en su interior. El metro se construye justamente aprovechando la excavación inicial de aquellos derribos, mientras el automóvil consigue suficiente velocidad en esa nueva superficie construida sobre el metro. Pero ese espacio de movilidad es un espacio salón, esa catedral de nave salón, y por tanto no es un espacio logístico. Los repartos, las mercancías, su carga y descarga se extienden por capilaridad a los márgenes en sombra.
























Equipo: Carlos Arroyo, Erika Goyarrola, Vanessa Cerezo, Pieter Van Der Berge, Carmina Casajuana, Lucinda Morrissey